martes, 19 de julio de 2011

Princesa celeste



óleo de Giselle González Gioia


Una princesa celeste
bailaba en torno a la lluvia,
saltaba en un charco azul,
nadaba en una burbuja.

Pero ella solo soñaba
con subir hasta la luna
en un barri... barrilete...
¡Que picara travesura!

Una princesa celeste
bailaba en torno a la lluvia,
saltaba en un charco azul,
nadaba en una burbuja.

Pero ella también soñaba
con estrellitas violetas
que en una ronda naranja
bailaran junto con ella.

Una princesa celeste
bailaba en torno a la lluvia,
saltaba en un charco azul,
nadaba en una burbuja.

Pero ella después quería
que el sol le peine sus rizos
y que una bruja le enseñe
a inventar algún hechizo.

Autora: Justina Cabral
Imagen de : Giselle González Gioia
Óleo sobre lienzo







domingo, 10 de julio de 2011

El sapo verde



Ese sapo verde
se esconde y se pierde;
así no lo besa
ninguna princesa.

Porque con un beso
él se hará princeso
o príncipe guapo;
¡y quiere ser sapo!

No quiere reinado,
ni trono dorado,
ni enorme castillo,
ni manto amarillo.

Tampoco lacayos
ni tres mil vasallos.
Quiere ver la luna
desde la laguna.

Una madrugada
lo encantó alguna hada;
y así se ha quedado:
sapo y encantado.

Disfruta de todo:
se mete en el lodo
saltándose, solo,
todo el protocolo.

Y le importa un pito
si no está bonito
cazar un insecto;
¡que nadie es perfecto!

¿Su regio dosel?
No se acuerda de él.
¿Su sábana roja?
Prefiere una hoja.

¿Su yelmo y su escudo?
Le gusta ir desnudo.
¿La princesa Eliana?
Él ama a una rana.

A una rana verde
que salta y se pierde
y mira la luna
desde la laguna.

Poesía de ¡Cuánto cuento!, de Carmen Gil, editorial Algar

Besos





Hay besos de caramelo,

dulces como una sonrisa.

Están los besos con prisa,

que hay que cogerlos al vuelo.


Los besos de mariposa

rozándote las mejillas

¡pueden hacerte cosquillas!

y son de color de rosa.


El beso con achuchón,

tan calentito y tan tierno

como una manta en invierno,

¡es un beso de algodón!


¿Y qué tal el beso alado

que te pilla de sorpresa,

y, además, el que te besa

puede estar en cualquier lado?


También está el de tornillo,

beso que mágicamente

despertó a Bella Durmiente

e hizo temblar el castillo.


O los besos con caricia,

que llegan en ventolera

y huelen a primavera

como una buena noticia.


Fantástico el beso-guiño.

Es chisposo y titilante

como una estrella brillante

con mil vatios de cariño.


Carmen Gil Martinez



Letrilla

Obra de William-Adolphe Bouguereau


La zagala hermosa
que el alma adoró
no la quiere nadie
que la quiero yo.
Cuando al campo sale
mi querido amor,
eclipsan sus ojos
al radiante sol.
Los prados y selvas
llena de esplendor,
como de alegría
mi fiel corazón.
Si a cantar se pone
con dulce primor,
las aves suspensas
escuchan su voz.
Do su pie renace
la marchita flor
y la clara fuente
al sentir su ardor,
desata en cristales
la helada prisión.
Si el fuego atractivo
de sus ojos vio,
de amor queda herido
el triste pastor.
A mi Filis bella
ninguna igualó
de cuantas zagalas
venera el amor,
que en gracias a todas
vence y perfección
la zagala hermosa
que el alma adoró.

Del naciente día
me halla claro albor
ocupada en ella
la imaginación.
La callada noche
llega, y en mi amor,
en mi dulce Filis
pensando me halló.
Huye de mis ojos
el sueño veloz,
de aquestos mis ojos
cautivos de amor.
Y aunque es tan ingrata
a mi fiel pasión,
la zagala hermosa
que el alma adoró
no la quiere nadie
que la quiero yo.

Jacobo Vicente Navarro

Filis (Phyllis) es un personaje femenino de la mitología griega. Es un personaje muy frecuente en la poesía pastoril: la pastorcilla sencilla, encantadora y enamorada. El poeta español Lope de Vega escribió un ciclo acerca de ella.

sábado, 2 de julio de 2011

Sueño


Dormía tan quietecito,
tan quietecito, tan quieto,
que, de pronto, me entró miedo...

Loca, me llegué a la cuna
y le acribillé de besos
hasta que me abrió los ojos
emborronados de sueño.